FAUS-HÜTTE

En 1985, tras muchos años en Madrid, Faus y Sita cumplieron el sueño que siempre habían tenido de vivir en la montaña, el lugar que los dos amaban. Era el Valle de Arán el lugar donde pensaban, e incluso habían encontrado un terreno que les gustaba para construir…

Pero la vida marca otros tempos, y el trabajo de Faus le requería en la capital. Fueron unos años dedicados a la representación de deportes (Chirucas, principalmente -todos los pares de estas increíbles botas marrones que tantísimos calzamos, pasaron primero por sus manos- y marcas como Slazenger de tenis, y muchas más), además de escribir, tanto artículos semanales para periódicos, como sus libros, reportajes de expediciones, colaboraciones tantos más…

A mediados de los 80, con Hellen ya a punto de empezar la universidad, la crisis en el sector, y unos buenos ahorros conseguidos de tantos años trabajando, decidieron dar el salto, dejar la gran ciudad y cambiar absolutamente de aires.

Pasaron tiempo buscando el lugar idóneo, que finalmente fue en el Pirineo Aragonés, a las faldas de la Collarada en el precioso valle del Aragón, entre Jaca y Canfranc. Villanúa, al lado de la gasolinera, en la carretera. Un años de trabajos para construir el lugar ideal, y el 30 de noviembre de 1985 se inauguró oficialmente el HOTEL DE MONTAÑA FAUS-HÜTTE, típica edificación aragonesa con un interior totalmente alpino y decorado con muchísimo gusto (obra de Sita que era realmente buena para estas cosas).

Hasta el año 2000 en el que ya jubilados lo vendieron, fueron posiblemente los 15 años más felices de Agustín, algo que siempre ha recalcado. Los clientes entraban como tales y salían como amigos. Tantos conocidos y montañeros de todas partes venían a verle, a salir a cualquier monte, hacía de guía de montaña y mi madre preparaba la mejor comida del mundo en el restaurante, que llegó a estar en un puesto muy destacado entre los mejores restaurantes de la zona.

Era un hotel con encanto, hecho con el corazón. Donde las habitaciones no tenían número si no nombre: Collarada, Monte Perdido, Posets, Maladeta, Oroel, Aneto, Balaitus, Anayet… las Fondues suizas eran unos innovadores platos traídos directamente desde el corazón de los Alpes y donde cada detalle era un alegato a una vida de y por para la montaña.